ESMERALDAS, ECUADOR.- El trajín de los pescadores del puerto de Esmeraldas se paralizó momentáneamente la madrugada de ayer. Un descubrimiento en alta mar causó conmoción entre las personas que se encontraban en ese momento en el muelle.
Fuente: Diario El Comercio
Uno de los pescadores artesanales capturó un pez desconocido para la mayoría de trabajadores de la zona.
Este animal mide un metro y medio de longitud por un metro de alto. Su cuerpo tiene forma ovalada y es achatado. Además, los ojos del pez son grandes y tiene dos aletas parecidas a las de los tiburones.
Ernesto Luca, responsable de la captura del animal, explica que lo encontró a 20 millas de las costas de Esmeraldas. Allí, dice, observó que una aleta sobresalía en el agua y pensó que se trataba de un pez Toyo. Luego utilizó un espinel para atraparlo.
“Cuando lo enganché me asusté. Lo vi y como era una especie rara me provocó temor. Luego, cuando intenté subirlo al bote, este mostró gran fuerza. A pesar de que no pesa más de 60 libras parecía como si arrastrara a un pez de 500”.
Luca llevó a su pez al puerto de Esmeraldas. Lo expuso al resto de sus compañeros para encontrar una explicación, pero ninguno de ellos conocía la procedencia del pez. No obstante, Segundo Segura, uno de los pescadores más antiguos del puerto, afirmó que este pez apareció en las costas de Esmeraldas hace aproximadamente cinco años.
Cuenta que en ese entonces, la población le atribuyó varios nombres entre los que figuran Mocho, Luna y Farías.
La Cámara de Pesca de Esmeraldas no tiene información con respecto a esta especie. Sin embargo, Freddy Ávile, principal de este organismo, presume que este pez migró desde las aguas del océano Atlántico.
“A veces, los peces se desvían y llegan a lugares que no son su hábitat normal. No olvidemos que en esta fecha experimentamos el choque de las corrientes de El Niño y de Humboldt y eso también pudo determinar que este pez se extravíe”.
Ávile añadió que la Cámara provincial prohibió el consumo de este pez hasta que se realicen los estudios respectivos.
Pablo Falcone, uno de los comerciantes del lugar, sorprendido por el hallazgo, le pidió a Luca que le vendiera la rara especie que capturó. Este aceptó y luego el trato se cerró por la suma de tres dólares.
“Yo tengo varios años en el puerto y es la primera vez que veo un animal como este. Me impactó sus características poco usuales. Lo compré para tenerlo de recuerdo. Voy a embalsamarlo para que todas las personas que vienen al puerto lo vean”, aseguró Falcone.
No faltaron varios niños y otros pescadores que se concentraron en el puerto para ver al animal. Algunos lo miraban con temor.
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